sábado, 8 de septiembre de 2012

FIcha 1


Enfoque multidisciplinario de la Opinión Pública


 


Puede concebirse como la imposición de los pensamientos y creencias de la elite social, en este caso los filósofos, quienes en ese momento contaban con la libertad de expresar sus opiniones, esto con la ayuda de las creencias que se tenían en esa época.

 

Esencialmente la opinión pública de la antigüedad era elitista, inexistente en las clases bajas lo contrario a  como se concebirá posteriormente en la democracia, es creada por las clases altas. Discriminatoria por sexo o género, impuesta por unos cuantos y obedecia por la sociedad.

 

Platón y Aristóteles desarrollaron desde la filosofía y con una perspectiva muy distinta a la de los liberales el concepto de opinión pública (doxa). Platón desde su realidad elitista y aristocrática de la sociedad distingue el plano del conocimiento como la vía de la opinión (doxa) de la vía de la ciencia (episteme) como formas de acceder a la verdad y la perfección humana.

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En la antigüedad la opinión pública se caracterizaba por ser elitista y los esclavos no podían opinar, era totalitarista e impositiva, además el patrón patriarcal excluía a los niños y desde luego a las mujeres para ser considerados como ciudadanos por lo que su opinión no existía.


Sexualmente era sumamente diferente la opinión pública de esa época a la de la actualidad, ya que las relaciones homosexuales estaban ampliamente aceptadas y en realidad el placer se alcanzaba cuando dos hombres tenían relaciones sexuales, las mujeres eran vistas simplemente como un aparato reproductor, no de placer. Incluso los hombres mayores tomaban de protegidos a adolescentes que también eran sus amantes, además de que podían disponer libremente de sus esclavos para cualquier goce sexual.

 

 

Propaganda, etc. igualmente mediante ésta es posible conocer la posición política de los opinantes (derecha, izquierda). cabe señalar  Tomás de Aquino alaba la monarquía, ataca la tiranía y reconoce ciertos poderes en el público cuando el gobierno es elegido democráticamente  y por otra parte  Juan  Pablo de París en que aflora  la influencia secularizada de  la época , deteniendo la separación  entre la autoridad espiritual y secular apoya el consenso popular.

 


 

 

 


 


 


 

Características de la opinión pública desde el enfoque político, económico sociológico y filosófico.


 


Político: Maquiavelo desciende de lo teórico a lo práctico y destaca el valor de la opinión para sustentar al gobernante. A través Locke y Hume, los ilustrados franceses vulgarizan el concepto y lo permeabilizan, hay opinión y hasta clima de opinión pública, algo muy cercano a la voluntad general de Rousseau. Según Necker en la revolución surgió una autoridad que no existía, la de la opinión pública, a partir de entonces, aquella se convierte en sustento y condicionante del poder, no sin sufrir restricciones, tanto prácticas como teóricas.

 

Sociológico: la posición dentro de la estructura de producción, el momento histórico, etc. Determina el tipo de pensamiento y de ideología que expresará cada individuo por tendencia natural, en dicho esquema es lógico que la ideología burguesa corresponda a la visión y posición en el mundo de la clase burguesa, la opinión pública entonces, no proviene del debate racional entre todos los hombre libres e iguales, como señalaba el liberalismo clásico sino que constituye el resultado fragmentado horizontalmente de las distintas clases que conforman la sociedad.

Cabe señalar que los factores que influyen en la opinión pública son: contextos históricos y sociales, como el país, la religión, partido político al que se pertenece, edad, sexo, cultura, etc. Se ocupa de los fenómenos sociales, la población, la familia, el parentesco de las instituciones sociales en general, de los tipos de grupos sociales, las interacciones de éstos: observa el fenómeno de la opinión pública. Base de la democracia, cumple funciones políticas, traduce el consenso social, interviene directamente con la comunicación pública.

 

Filosófico: en Grecia la opinión pública es estudiada desde una perspectiva filosófica situándola en uno de los cuatro niveles del conocimiento, éste se alcanza por la fe (dogma), por la evidencia (axioma) o por métodos científicos que conduzcan a la certeza (episteme); cuando no es posible, solo se tiene opinión (dogma): algo más que ignorancia pero menos que conocimiento, todo esto según platón. En contraparte

Aristóteles valora la opinión como conocimiento probable: no todo puede ser conocido pero entre tanto es opinable; así los científicos eran pocos pero los opinantes muchos. Aristóteles sale al paso de las posturas elitistas al ligar aquella con el sentido común: una buena opinión deriva más de aquel (sentido común) que de la cultura.

 

La opinión pública en filosofía halla respuesta a los entornos "por qué" de un fenómeno determinado. Esta ciencia de ciencias con la profundidad de sus interrogantes y direcciones hacia la esencia misma de las cosas en indispensable para el reconocimiento del objeto.

 

 

 

 

Enfoque  económico a finales del siglo XIX hace su aparición la publicidad para designar un proceso que se fue configurando en el tránsito del feudalismo al capitalismo; proceso en el cual los intereses de la burguesía naciente exigían cada vez con menos fuerza, la visibilidad del poder. En este contexto surge la publicidad burguesa que marca el inicio de la modernidad, caracterizada por la clara separación entre el estado y la iglesia, y el surgimiento de un mercado libre. El estado debe garantizar la protección de la propiedad privada

 

C.  La perspectiva sociopolítica funcionalista: el haz de luz

 

Una tercera perspectiva es la que encabeza Niklas Luhmann. Para este también profesor alemán, la opinión pública es la estructura temática de la comunicación pública, en la medida que es esta estructura común de sentido la que permite una acción intersubjetiva en un sistema social. Esta posición, que está a mitad de camino entre las dos anteriores, considera que si bien la opinión pública es un aspecto particular de la interacción social, tiene presente las funciones políticas del fenómeno y traduce el consenso de un reconocimiento de unos temas de interés general. Es, en otras palabras, la tematización común que permite el diálogo político-social.

 

Para Luhmann las sociedades contemporáneas son cada vez más complejas, como consecuencia de la mayor especialización y diversificación funcional. Este proceso creciente podría hacer estallar el propio sistema, en la medida que los individuos perciben cada vez menos dicha complejidad –menos aún la globalización–, tendiendo por lo tanto a regirse por criterios muy particulares y minifundistas. Ante esta situación el sistema demanda un mecanismo reductor que canalice las fuerzas centrífugas sicosociales, produciéndose de esta manera las observadas simplificaciones globalizantes. Es este papel funcional el que le consigna Luhmann a la opinión pública.

 

A ésta el autor alemán la identifica como un espejo, en la medida en que no es más que el reflejo de los pocos observadores. Es decir, “el medio y las formas de la opinión pública no son nada más que la mirada auto-referencial que los protagonistas de la opinión pública se dirigen a sí mismos y a sus actuaciones. Dicho ‘espejo social’ también podríamos compararlo con un ‘cañón de luz’ o un ‘haz de luz’ que focaliza y concentra la atención en un escenario”. La mirada se concentra en un solo punto, así no sea éste relevante, permitiendo que todos compartan un tema en común.

 

Para Luhmann la opinión pública cumple también una función política, pero distinta a la otorgada por Jürgen Habermas. Se convierte en la base de la democracia, pero no por una valoración ética, sino por razones pragmáticas, en la medida que permite una interconexión entre las personas que por lo menos tienen ciertos temas básicos que compartir, que en caso contrario, la estructura social carecería de sentido. En la percepción luhmanniana los medios y el Parlamento cumplen el papel de ser simplificadores de la complejidad.

 

Bibliografía:

·         Rivadeneira Prada,  (1998) La opinión pública, México, Trillas.

·         Jürgen Habermas, (2002) Historia y crítica de la opinión pública, Barcelona Paidos.

·         Noelle-Neumann, (1995) Elizabeth La espiral del silencio, Barcelona.

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