Enfoque multidisciplinario de la Opinión Pública
Puede
concebirse como la imposición de los pensamientos y creencias de la elite
social, en este caso los filósofos, quienes en ese momento contaban con la
libertad de expresar sus opiniones, esto con la ayuda de las creencias que se
tenían en esa época.
Esencialmente
la opinión pública de la antigüedad era elitista, inexistente en las clases
bajas lo contrario a como se concebirá posteriormente en la democracia,
es creada por las clases altas. Discriminatoria por sexo o género, impuesta por
unos cuantos y obedecia por la sociedad.
Platón
y Aristóteles desarrollaron desde la filosofía y con una perspectiva muy
distinta a la de los liberales el concepto de opinión pública (doxa). Platón
desde su realidad elitista y aristocrática de la sociedad distingue el plano
del conocimiento como la vía de la opinión (doxa) de la vía de la ciencia
(episteme) como formas de acceder a la verdad y la perfección humana.
.
En la antigüedad la opinión pública se caracterizaba por ser elitista y los
esclavos no podían opinar, era totalitarista e impositiva, además el patrón
patriarcal excluía a los niños y desde luego a las mujeres para ser
considerados como ciudadanos por lo que su opinión no existía.
Sexualmente era sumamente diferente la opinión pública de esa época a la de la
actualidad, ya que las relaciones homosexuales estaban ampliamente aceptadas y
en realidad el placer se alcanzaba cuando dos hombres tenían relaciones
sexuales, las mujeres eran vistas simplemente como un aparato reproductor, no
de placer. Incluso los hombres mayores tomaban de protegidos a adolescentes que
también eran sus amantes, además de que podían disponer libremente de sus
esclavos para cualquier goce sexual.
Propaganda, etc. igualmente mediante
ésta es posible conocer la posición política de los opinantes (derecha,
izquierda). cabe señalar Tomás de Aquino alaba
la monarquía, ataca la tiranía y reconoce ciertos poderes en el público cuando
el gobierno es elegido democráticamente
y por otra parte Juan Pablo de París en que aflora la influencia secularizada de la época , deteniendo la separación entre la autoridad espiritual y secular apoya
el consenso popular.
Político: Maquiavelo desciende de lo teórico a lo práctico y destaca
el valor de la opinión para sustentar al gobernante. A través Locke y Hume, los
ilustrados franceses vulgarizan el concepto y lo permeabilizan, hay opinión y
hasta clima de opinión pública, algo muy cercano a la voluntad general de
Rousseau. Según Necker en la revolución surgió una autoridad que no existía, la
de la opinión pública, a partir de entonces, aquella se convierte en sustento y
condicionante del poder, no sin sufrir restricciones, tanto prácticas como
teóricas.
Sociológico: la posición dentro de la estructura de producción, el
momento histórico, etc. Determina el tipo de pensamiento y de ideología que
expresará cada individuo por tendencia natural, en dicho esquema es lógico que
la ideología burguesa corresponda a la visión y posición en el mundo de la
clase burguesa, la opinión pública entonces, no proviene del debate racional
entre todos los hombre libres e iguales, como señalaba el liberalismo clásico
sino que constituye el resultado fragmentado horizontalmente de las distintas
clases que conforman la sociedad.
Cabe
señalar que los factores que influyen en la opinión pública son: contextos
históricos y sociales, como el país, la religión, partido político al que se
pertenece, edad, sexo, cultura, etc. Se ocupa de los fenómenos sociales, la
población, la familia, el parentesco de las instituciones sociales en general,
de los tipos de grupos sociales, las interacciones de éstos: observa el
fenómeno de la opinión pública. Base de la democracia, cumple funciones
políticas, traduce el consenso social, interviene directamente con la
comunicación pública.
Filosófico: en Grecia la opinión pública es
estudiada desde una perspectiva filosófica situándola en uno de los cuatro
niveles del conocimiento, éste se alcanza por la fe (dogma), por la evidencia
(axioma) o por métodos científicos que conduzcan a la certeza (episteme);
cuando no es posible, solo se tiene opinión (dogma): algo más que ignorancia
pero menos que conocimiento, todo esto según platón. En contraparte
Aristóteles
valora la opinión como conocimiento probable: no todo puede ser conocido pero
entre tanto es opinable; así los científicos eran pocos pero los opinantes
muchos. Aristóteles sale al paso de las posturas elitistas al ligar aquella con
el sentido común: una buena opinión deriva más de aquel (sentido común) que de
la cultura.
La
opinión pública en filosofía halla respuesta a los entornos "por qué"
de un fenómeno determinado. Esta ciencia de ciencias con la profundidad de sus
interrogantes y direcciones hacia la esencia misma de las cosas en
indispensable para el reconocimiento del objeto.
Enfoque económico a finales
del siglo XIX hace su aparición la publicidad para designar un proceso que se
fue configurando en el tránsito del feudalismo al capitalismo; proceso en el
cual los intereses de la burguesía naciente exigían cada vez con menos fuerza,
la visibilidad del poder. En este contexto surge la publicidad burguesa que
marca el inicio de la modernidad, caracterizada por la clara separación entre
el estado y la iglesia, y el surgimiento de un mercado libre. El estado debe
garantizar la protección de la propiedad privada
C. La
perspectiva sociopolítica funcionalista: el haz de luz
Una tercera perspectiva es la que encabeza Niklas Luhmann. Para este
también profesor alemán, la opinión pública es la estructura temática de la comunicación pública, en
la medida que es esta estructura común de sentido la que permite una acción
intersubjetiva en un sistema social. Esta posición, que está a mitad de camino
entre las dos anteriores, considera que si bien la opinión pública es un aspecto particular de la interacción social, tiene
presente las funciones políticas del fenómeno y traduce el consenso de un
reconocimiento de unos temas de interés general. Es, en otras palabras, la
tematización común que permite el diálogo político-social.
Para Luhmann las sociedades contemporáneas son cada vez más complejas, como
consecuencia de la mayor especialización y diversificación funcional. Este
proceso creciente podría hacer estallar el propio sistema, en la medida que los
individuos perciben cada vez menos dicha complejidad –menos aún la
globalización–, tendiendo por lo tanto a regirse por criterios muy particulares
y minifundistas. Ante esta situación el sistema demanda un mecanismo reductor
que canalice las fuerzas centrífugas sicosociales, produciéndose de esta manera
las observadas simplificaciones globalizantes. Es este papel funcional el que
le consigna Luhmann a la opinión pública.
A ésta el autor alemán la identifica como un espejo, en la medida en que no
es más que el reflejo de los pocos observadores. Es decir, “el medio y las
formas de la opinión pública no son nada más que la mirada auto-referencial que
los protagonistas de la opinión pública se dirigen a sí mismos y a sus
actuaciones. Dicho ‘espejo social’ también podríamos compararlo con un ‘cañón
de luz’ o un ‘haz de luz’ que focaliza y concentra la atención en un
escenario”. La mirada se concentra en un solo punto, así no sea éste relevante,
permitiendo que todos compartan un tema en común.
Para Luhmann la opinión pública cumple también una función política, pero distinta a la
otorgada por Jürgen Habermas. Se convierte en la base de la democracia, pero no por una valoración ética, sino por razones
pragmáticas, en la medida que permite una interconexión entre las personas que
por lo menos tienen ciertos temas básicos que compartir, que en caso contrario,
la estructura social carecería de sentido. En la percepción luhmanniana los
medios y el Parlamento cumplen el papel de ser simplificadores de la
complejidad.
Bibliografía:
·
Rivadeneira Prada,
(1998) La opinión pública, México,
Trillas.
·
Jürgen
Habermas, (2002) Historia y crítica de la
opinión pública, Barcelona Paidos.
·
Noelle-Neumann,
(1995) Elizabeth La espiral del silencio, Barcelona.